ALDEA DORMIDA
no soy el primero
ni soy el último
no soy esa
la gota que rebalsa
mas por mí
tornaron
los arqueros
mas por mí
tañeron las cuerdas de las arpas
se hicieron
sacrificios
en
nombre de mi regreso.
a mi triunfal llegada
las hojas azules
de los
árboles azules
las suaves gotas
de las
suaves montañas
encadenaron su
poderío a mi garganta
aleteando la vida con
el rugido
poderoso de mi
palabra.
todo se abrió
fue descubierto
entre pétalos de sol
y minúsculos espejos
gotas de luna
entre las piedras de
este río
peces dorados
burbujeando…
en la aldea
el fantasma del
olvido
sostenido por mil
sombras
se irguió poderoso.
en la aldea
todo prescribió
menos el llanto
sobre lo impune
la historia
se tachó de rebeldía
entre las rocas
la tierra cantó poderosa
hasta que un día
la piedra grabó el
silencio…
aquí estoy
y aquí estuve entre
generaciones
las que aún caminan
con ojos cerrados al
destino.
se aproxima el
día
la hora señalada
valle tras valle
volverán
las cruentas
inútiles batallas
una nueva voz
construirá los
pueblos
háganse a un lado
despilfarradores del
desencanto
hay un lugar
bajo el sol del
mediodía
donde todos al buscar
encontrarán mi agua
y la profunda esencia
de las cosas.
desacreditadores
amantes de lo impune
lo que no florece
es su norte
lo que desdicha
fue siempre vuestro
sino
hazte a un lado
mala sal
del mal camino
asómate a la inmensidad de estas palabras
asómate a mis ojos y mi boca…
la memoria colectiva
no nos basta
para salvarte
del horror de las
consignas
la vergüenza es un
sepulcro blanco
en el medio de la
noche.
disparas tus pétalos
amarillos
sigilosamente
sumergida
en mis almohadas
sigilosamente
desnudada y húmeda
como hoja verde
sobre la mañana
esa mañana maldita y
delirante
en que te trajeron de
las rocas
de los libros
de las botellas
del incienso
oliendo a
sándalo
y mariposas
entre las malditas
flores enroscada
en la sequedad
de la noche…
en la aldea
todos se quieren
montar
en los ingeniosos artefactos
la curiosa mecánica
de la metálica escalera
los grandes ductos
del oxígeno purificado
las escamas de
pescado
en las multicolores
carteras
alcalinas aguas
en botellones
sanitizados…
nada detiene
este consumo de
primera
el mall en su discurso
ganando la disímil batalla…
la aldea
no puede reunir
en su pureza
las manos disgregadas
la aldea dormida
sin sueños
y sin prisas
se acurruca
tibiamente
en el amnios
de su
plaza…
©️
(DE MI LIBRO : ASUNTOS INTERNOS / primavera del 2019/ )