CATACLISMO SENSORIAL
Voces ajenas manos voraces
pertinaces lobos de la primavera;
la roca oculta los sueños
¿Somos o no somos dueños de la tierra?
Si mi sitio está vendido – ofertado –
disminuido,
y mi canto sublime no es más que
canto,
y tú, golondrina de los abismos,
apenas ángel risueño,
con rizos y todo, abalanzándote
contra
la muralla de estrellas.
Música suave en tus pasos que me buscan,
tus pies, tus dedos, tus piernas suaves,
laboriosas noches de rodillas y todo,
calores inflamando las orejas,
esas
largas orejas de viento
que se mueven en tu ritmo
cándido.
En las lenguas de los perros hasta el
sillón más cabizbajo es sólo silencio,
hasta los muertos pueden rechinar sin
miedo los huesos,
estallando en lombrices y piojos,
resbalando de las calaveras
atormentadas
que huyen de la musiquilla cadenciosa
del reggae,
en el cataclismo
sensorial de las calles vacías,
donde fluye la savia neosísmica
de tus venas.
Cataclismo sensorial, ondulante
reggae
que me atrapa, en espíritu y en
latido,
sinsentido de las caderas,
cuando la noche me
abre sus manos,
en el suave lecho de las medusas,
y en el choque de las
barcazas
dos
blancas gaviotas me buscan,
tras las torrenciales orejas de tu almohada.
(De mi libro
POESÍA MÁGICA MODERNA /Editorial Cuarto Propio)