MOTO MARE
NOSTRUM
Coquimbo
1922 / 2015
No, no
quise.
Ver sería
un acto contra mí mismo,
una sutil
ironía de lo que pudiese.
Sin
embargo me llené de imágenes,
congelados
colores, ángulos,
irreconocibles parajes húmedos,
sombríos
y quietos pájaros
ni cerraduras, ni ventanas
solo dormidos e inmensos espacios,
donde el
agua salada lloraba su miseria,
su
espanto de invasión brutal y
estéril.
No quise
acercarme a la zona,
estaba inundada , desconsolada, triste,
moribunda
desde dentro como una
antorcha,
destruida imagen
que no era sólo imagen,
realidad
golpeada con más realidad,
tristemente sumergida en la inconclusa marejada ,
cobijos
aparentes traspasados por el
fluido oceánico,
maraña de escombros cayendo sobre fortalezas,
sobre
ciudadelas, sobre mapas , sobre demarcaciones,
inútiles
esfuerzos por asir las banderas,
levantar
los huesos por sobre los huesos,
las manos
por sobre las manos, las barcas por sobre las barcas,
resistir
pudiendo estar sin haber estado,
pudiendo
sentir sin haber sentido,
la
imagen y ya el
recuerdo,
tocando
un punto amargo,
lo bello
que fue y no pudo,
lo que no
yace tan puro,
lo que se
pierde,
lo que se
quiere,
lo ido …
Coquimbo, 10 de noviembre 1922
Coquimbo, 16 de septiembre 2015